agosto 20, 2007

Asunción y Lambaré disputan fuerte botín económico y electoral

Por Raquel Domínguez.

Los municipios de Asunción y Lambaré otra vez enfrentados en una puja, a partir de la presentación de un nuevo proyecto de Ley por el que se pretende restar territorio a la capital, para sumarlo a la otra comuna.

La ciudad de Lambaré, que lleva el nombre del célebre cacique y que, según los datos históricos, era un barrio de Asunción desde la época de Carlos Antonio López, fue creada como tal en 1963 mediante una Ley promulgada por Alfredo Stroessner. Pero los datos históricos también señalan que Domingo Martínez de Irala, ya en 1541, le da categoría de ciudad.

"El cerro Lambaré es de la ciudad del mismo nombre, porque así lo dicta la historia y la tradición", dice Roberto Cárdenas, intendente de Lambaré, quien encabezará la comitiva que irá a respaldar el proyecto en el Congreso.

Pero su homóloga asuncena, Evanhy de Gallegos, quien ya fue a reclamar a los diputados que rechacen el proyecto, afirma que Lambaré fue siempre un barrio de Asunción, y que le fue quitado por ley. Además del impacto económico, "Asunción perderá importantes inversiones hechas en la adecuación de infraestructura de toda la zona que quiere ser desmembrada. Si esto se concreta será un verdadero atraco a la capital", se queja.

Atilio Penayo, diputado colorado y poblador de Lambaré, quien junto a otros colegas presentó el proyecto de Ley, asegura por su parte que el cerro y una franja importante de territorio que bordea las avenidas Fernando de la Mora, General Santos y Juan Domingo Perón, deben ser recuperados porque eran los límites naturales que separaban a ésta ciudad de Asunción hasta 1966.

"Queremos recuperar lo que siempre fue nuestro, lo que nos quitaron, porque queremos que Lambaré y Asunción tengan límites definidos, y porque queremos recuperar el cerro que hoy está tan abandonado. Y conste que no estamos reclamando todo el territorio que nos quitaron, que son más de 900 hectáreas. Queremos recuperar solo el 50%", agrega.

ARGUMENTOS

Los discursos muestran que el interés de ambas partes es preservar el cerro Lambaré. Pero eso es apenas en primera instancia. La realidad innegable es que tanto el sector que rodea al cerro, como la franja de territorio que bordea las avenidas citadas son sectores de gran valor inmobiliario, tributario y comercial, por lo que constituyen un importante y codiciado botín.

Los comercios, clubes, comisarías, paradas de taxi, hospitales, restaurantes, moteles, fábricas, casaquintas y grupos habitacionales, que están ubicados en la zona de litigio dan al territorio un gran valor en términos monetarios, cuantificados por la propia Evanhy de Gallegos en 10 mil millones de guaraníes anuales en concepto de tributos municipales.

Es además un sector altamente comercial, industrial y de gran potencial turístico.

De aprobarse el proyecto, la capital perderá el equivalente al 5% de su territorio. A Lambaré, la adhesión territorial le beneficiará enormemente, pues aumentará su territorio y prácticamente duplicará su presupuesto anual (de 18 mil millones de guaraníes subirá su recaudación a 28 mil millones de guaraníes).

MOTIVOS POLÍTICOS

Además, en todo el sector afectado existen numerosas bases políticas, tanto del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) como de la Asociación Nacional Republicana (ANR). En cifras aproximadas, más de 13 mil personas (7.000 afiliados liberales y 6.000 colorados), pasarán a ser electores de Lambaré.

La capital podría verse obligada a disminuir la cantidad de concejales, en cambio su vecina deberá aumentar las bancas en el Legislativo. También la capital perdería una banca en el Congreso, mientras que Central ganaría un escaño.

Por lo mismo, y aunque Atilio Penayo haya asegurado que no hay intereses económicos y políticos, no resulta casual ni distraído que el proyecto haya sido presentado en junio, cuando la puja con miras a las elecciones generales del 2008 ya comenzaron y cuando existe la posibilidad de que para el 2012 los cambios mencionados ya podrán estar consolidados. Tampoco deja de llamar la atención que la comisión de Asuntos Municipales, que es presidida por el diputado liberal Carlos Soler, haya dictaminado favorablemente en poco tiempo y sin realizar ninguna consulta amplia sobre el tema.

Habrá que ver como termina la tercera parte de la película, una vez que el tema sea tratado en el pleno de la Cámara de Diputados, para lo cual hay tres meses de tiempo. Entre tanto, ambos bandos reúnen filas para medir de nuevos sus fuerzas.

Los "rounds" previos

Esta es la tercera vez que Asunción y Lambaré entran a disputarse el cerro y su área de influencia, así como otros sectores. El primer proyecto de ley fue presentado en 1990, por legisladores liberales, quienes plantearon recuperar para Lambaré sus límites originarios.

El segundo intento se dio en 1993, esta vez por legisladores colorados, pero también fracasó. El tercer proyecto fue presentado en junio último por legisladores colorados, del PLRA y Unace.

Según la Ley 791/62, de creación del municipio, los límites de Lambaré eran las avenidas Defensores del Chaco (Calle Última), Río Paraguay, Arroyo Lambaré y las avenidas Fernando de la Mora, General Santos y Perón. Pero por decreto 21.420/66, estos límites fueron modificados, sacándole a Lambaré más de 900 hectáreas de territorio. Este decreto fue ratificado luego por la Ley 1.344/88.

LOS CIUDADANOS OPINAN:

"Perderemos beneficios"

-Santiago Jara, Taxista

Para el taxista Santiago Jara, quien trabaja en la parada 60, ubicada en Fernando de la Mora e Yvapovõ, en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus, de anexarse el sector en disputa al municipio de Lambaré, él y sus compañeros perderán todos los derechos y beneficios que ahora tiene el gremio en Asunción.

"El costo del servicio bajará, también el de nuestra parada, nuestros ingresos, todo. Vamos a tener que comenzar a negociar todo de nuevo con las autoridades lambareñas", sostiene.

También indica que para los comercios el impacto será notorio, porque los terrenos se devaluarán y todos los costos de vida sufrirán variaciones. Se muestra extrañado de que la Asociación de Taxistas no se haya movilizado aún.

"Esta es una zona muy cara"

-Máximo Ortiz, Comerciante

Máximo Ortiz, quien posee una ferretería ubicada en avenida Perón, sostiene que el hecho de cambiar de municipio no traerá beneficios a los pobladores o comerciantes. "Yo tengo mi negocio acá, pero vivo en Itá Enramada. Y el ser asunceno no me beneficia, porque pago un dineral en impuestos y no obtengo servicios de calidad. Pero si paso a ser lambareño, tampoco la cosa va a cambiar, porque honestamente no creo que bajen los impuestos ni el costo general de vida", señala. También expresa que la pelea que surge cada tanto, no tiene otro transfondo que no sea el económico. "Esta zona es muy cara en todo sentido y por eso los de Lambaré la quieren agarrar. Y por eso mismo es que los asuncenos no la quieren soltar", asegura.

Habrá menos impuestos"

-Blásido Vargas, Vecino asunceno

Blásido Vargas, quien vive sobre la avenida Perón justo en la zona de los moteles, dice que siempre se sintió lambareño y que lo más lógico es que este sector pase de una vez a pertenecer al municipio de Lambaré. "Será lo mejor para nosotros, por muchos motivos. Uno de los principales es que podremos conseguir más líneas de transporte, que pagaremos menos impuestos y que podremos desarrollar todas nuestras actividades directamente en Lambaré, sin tener que ir hasta Asunción", sostiene. Asegura que el cambio beneficiará también a las industrias que están en la zona, a los moteles, a las empresas de transporte que cubre ese itinerario, y a la población de la zona en general. "Es absurdo que el cerro Lambaré siga estando en Asunción", comenta entre risas.

Posiciones encontradas entre vecinos de áreas afectadas

La idea de ser lambareño en lugar de asunceno, despierta diferentes sentimientos en la gente que vive en los sectores que son objeto de litigio. Por ejemplo, los que viven y trabajan a lo largo de la avenida Fernando de la Mora, entre 4 Mojones y General Santos, no solo son, sino se sienten capitalinos. Les molesta la probabilidad de cambiar de municipio, sobre todo sin que se les pregunte si quieren o no tal cambio.

También les preocupa que con el cambio exista la posibilidad de que sus propiedades se devalúen o que tengan todavía menos chance de contar con servicios básicos si es que pasan a pertenecer a un municipio con menores recursos y capacidad que el de Asunción.

Los que habitan el sector de la avenida General Santos y Perón, piensan parecido, pero difieren en el sentido de que sería mejor pertenecer a Lambaré, porque tal vez así pagarían menos tributos. "Nos cuesta demasiado vivir acá, pagamos casi un millón en impuestos al año y ni la recolección de basura es regular", se quejó una señora que vive en 12 de Octubre casi Fernando de la Mora.

Los que están más abajo, ya en la avenida Perón, creen que el ser asuncenos o lambareños no les perjudicará ni beneficiará en forma considerable. Tienen muy claro que viven en una zona de alto valor inmobiliario y comercial, y que por lo mismo no tendrán posibilidades de rebajas impositivas si sus propiedades pasan a Lambaré. "Por algo es que Asunción no quiere perder esta parte y Lambaré la quiere ganar", dijo la propietaria de una mueblería.

Historiador asegura que Lambaré no es una ciudad

Para Gustavo Laterza Rivarola, abogado e historiador, Lambaré no puede ser considerada una ciudad porque no fue fundada por nadie, no tiene arraigo como pueblo o ciudad, porque siempre fue un barrio de Asunción. Afirma que la Ley 791/62, por la que le otorgó el rango de municipio, fue promulgada por intereses meramente políticos y electorales.

"Édgar L. Insfrán, que en ese entonces era el caudillo máximo de la ANR, y tenía aspiraciones presidenciales, logró que Stroessner promulgara la ley para que toda el área que electoralmente le pertenecía a la entonces seccional 13 y que era su feudo, pasara a ser municipio y que el presidente de esa seccional, pasara a ser el Intendente. Con eso se lograba la creación de un nuevo distrito electoral", explica.

Agrega que por las mismas razones, en el 66 se volvieron a modificar los límites, fijándolos a 200 metros de las avenidas Fernando de la Mora, General Santos y Perón. "Allí los límites fueron establecidos de manera artificial, pues en ese entonces ni calles había. Lambaré era la zona rural de Asunción, la más alejada, pero siempre fue parte de Asunción. Lambaré ni siquiera tiene un patrono o fiesta religiosa patronal, como sí lo tienen otras localidades que son ciudades", sostiene.

Asegura que desde su creación como municipio, los diversos intentos por recuperar territorio, no tuvieron otro transfondo que el político-electoral y que ahora, se suma el interés económico, porque la zona que se quiere anexar es una de las que tiene mayor nivel en el ámbito inmobiliario, urbanístico, comercial y tributario.

Fuente: Diario La Nación

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